domingo, 3 de abril de 2011

REVELACION COPLERA 2010 COPLA SOCIAL.

Libia, Siria, Irán: Paradas sucesivas del tren imperialista

 Mientras se clarifican los detalles de la agresión a Libia, el Imperio acelera los preparativos de sus nuevas embestidas.
 (George Orwell)

«No se trata de ganar la guerra, sino de que ésta sea constante.»
Conforme pasa el tiempo, se va aclarando la trama orquestada en torno a Libia y a gran parte del mundo árabe. Bajo la gigantesca propaganda mediática, capaz de usar unas revueltas –la libia, p. ej.– para tapar otras –como la de Bahréin–, o de ocultar la sangrante e inexorable realidad de los civiles muertos por la coalición invasora, el observador crítico puede no obstante ver cómo afloran las claves reales de lo que está pasando.

Esa propaganda disfrazó una guerra civil de masiva rebelión del pueblo contra su dictador. A pesar de que –no pudieron evitar mencionarlo– éste cuenta con gran apoyo popular por ejemplo en Trípoli. Pero, como nos toman por idiotas –y además solemos serlo–, llegaron a “explicarlo” arguyendo que Gadafi paga a la gente para que se manifieste a su favor (¿también para que muera por él?). ¿Un pueblo rabiosamente enfrentado a su dictador es tan fácil de comprar? ¿Cómo no se les ocurrió a Ben Alí y a Mubarak?

A día de hoy, y pese a los medios deformativos del Sistema, sabemos ya muchas cosas. Por ejemplo, hemos podido confirmar nuestra sospecha de que la intervención occidental en Libia estaba decidida desde mucho antes de las supuestas masacres cometidas por Gadafi en febrero pasado. Nada menos que en noviembre de 2010 tuvo lugar un hecho decisivo: la deserción y paso a Francia de Nuri Mesmari, uno de los hombres más cercanos al dictador. Con ello empezó a gestarse el golpe al dictador libio y la agresión a su pueblo. Del asunto se ha hecho eco –movido por su odio a Zapatero y su rechazo a la política exterior francesa– hasta algún autor reaccionario y pro atlantista que cita a un medio tan sistémico como el diario italiano Il Corriere della Sera. Naturalmente, toda esta información sobre Libia no hace sino abonar la tesis de que el conjunto de las revueltas árabes involucran elementos exógenos .