jueves, 24 de junio de 2010

Donación de semillas de Monsanto amenaza...........


Donación de semillas de Monsanto amenaza con soberanía alimenticia de Haití
Campesinos haitianos forman barricada contra Monsanto. Entrevista con Chavannes Jean Baptiste del Movimiento Campesino de Papay (MPP)
Sofía Jarrín. Peter Costantini | ALER Satelital/IPS   

[Donación de semillas de Monsanto a Haití pone en peligro el futuro de los campesinos] Donación de semillas de Monsanto a Haití pone en peligro el futuro de los campesinos
Con una entrega de 60 toneladas de semillas de maíz y vegetales, la compañía Monsanto lanzó un proyecto de donación de semillas híbridas para Haití a principios de mayo. Organizaciones de campesinos han lanzado una campaña en contra de Monsanto y dicen que rechazarán cualquier cargamento que venga de la transnacional.

Con patrocinio de la USAID, o la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, y el apoyo del Ministerio de Agricultura en Haití, la transnacional Monsanto tiene planes para donar un total de 475 toneladas de semillas híbridas a este país destruido por el terremoto. El 4 de junio, una gran coalición de organizaciones campesinas quemó públicamente una porción simbólica de estas semillas y lanzaron una campaña contra Monsanto y el gobierno de René Préval.

Las semillas híbridas producen una sola buena cosecha y obliga a los campesinos a comprar las semillas de la compañía, en este caso Monsanto, la cual tiene la propiedad intelectual de las mismas.

A continuación les presentamos una entrevista con  Chavannes Jean Baptiste, líder campesino y representante del Movimiento Campesino de Papay (MPP), una organización que cuenta con unos 200 mil miembros a nivel nacional.

¿Qué sucedió con esta donación de semillas de Monsanto para Haití?

Lo que pasó después del terremoto el 12 de enero de este año, es que Haití conoce una situación donde muchas organizaciones, muchas ONGS llegan al país para solidarizarse con las víctimas y también hay multinacionales que están aprovechando esta situación para entrar al país, para hacerle daño al país. Entonces es un país que está perdiendo su soberanía a todos los niveles.

En el sector campesino en Haití, más del 70% de la población es campesino y son familias que hacen la pequeña agricultura, agricultura campesina, la agricultura agroecológica en contra de la agricultura convencial o industrial. Monsanto, con la complicidad del gobierno haitiano y también del gobierno norteamericano a través de su agencia USAID que tiene un Proyecto Winner, un proyecto de más 120 mil millones de dólares para desarrollar la agricultura industrial en el país... Monsanto dio a través de este proyecto de USAID 475 toneladas de [semillas] de maíz híbridas.

En un primer momento se habló de semillas transgénicas pero Monsanto y el Ministro de Agricultura de Haití dicen que no, son híbridas. Pero nosotros decimos que sean transgénicas o híbridas, no queremos ninguna semilla que venga de Monsanto. No queremos Monsanto en Haití. No queremos ninguna semilla que viene de Monsanto que es una multinacional criminal conocida a nivel mundial.

Entonces este "regalo" (que es un regalo venenoso) este "regalo" para este año, como las semillas híbridas no pueden reproducirse, [obliga a que] el año que viene los campesinos empobrecidos de Haití van a tener que comprar semillas de Monsanto. Y estas semillas vienen con un paquete tecnológico de pesticidas, de químicos, abonos químicos que van a destruir nuestro suelo, el medio ambiente, los ríos y el aire y todo. La agricultura industrial está destruyendo el planeta, provocando el cambio climático.

Y nosotros, a nivel de todas las organizaciones campesinas de Haití, de todas las organizaciones miembros de Vía Campesina Internacional, estamos defendiendo la soberanía alimentaria, estamos defendiendo la agricultura campesina, la agroecología. Entonces por eso hemos decidido hacer una marcha enorme para dar una señal fuerte en contra de Monsanto, en contra del gobierno norteamericano con su política para acabar con la agricultura campesina y en contra del gobierno haitiano porque sin la voluntad, sin el acuerdo del gobierno haitiano, Monsanto no podría entrar en el país. Es una ocasión enorme para Monsanto para penetrar en el mercado haitiano con sus semillas mortales.

El gobierno de Preval, específicamente el ministerio de agricultura, está apoyando este proyecto, ¿qué dice el ministro de las protestas que se han generado en Haití en contra de estas semillas?

Monsanto ofreció semillas transgénicas según las cartas que hemos visto entre Monsanto y el Ministro de Agricultura. El ministro decía que no tenemos leyes ahora para recibir las semillas transgénicas pero podemos recibir las híbridas. Y el ministro aprobó la difusión, dio su acuerdo para recibir las semillas híbridas y tratarlas con insecticidas muy peligrosos. Además el proyecto de USAID, que es un proyecto con el gobierno haitiano, va a comprar 2,500 toneladas de abono químico. Entonces eso se hizo con el acuerdo del gobierno haitiano y el ministro, después de esta marcha habló en la prensa diciendo que es una manipulación de los campesinos, una manipulación política porque esta marcha fue hecha para protestar semillas transgénicas y no hay semillas transgénicas en el país.

Fue la palabra del Ministro de Agricultura. Es decir trató de manipular a la opinión pública   porque nosotros hemos dicho claramente que aunque sean híbridas o transgénicas, no queremos a Monsanto. No queremos a ninguna multinacional agrotóxica.

En Haití, después del terremoto hubo un gran problema de hambre en el país pero mucha gente dice que esto fue debido a que Haití ya había perdido su soberanía alimentaria anteriormente, e inclusive que estaban ya importando muchos productos debido a medidas neoliberales que se habían implementado en el país…

Cierto que sí. Haití era independiente, soberano para su alimentación hasta los años 70. Pero con la aplicación de políticas neoliberales en el país, a partir de los 80, sobre todo después del 86, llegaron al país productos de Estados Unidos que han beneficiado [inaudible] y el abandono del campesinado por el gobierno haitiano. En nuestro país solamente el 4% del presupuesto nacional va al ministerio de agricultura para pagar los sueldos. Entonces, hoy Haití produce tal vez solamente el 40% de su alimentación, de los alimentos que necesitamos.

Por ejemplo, un país que era autosuficiente en los años 70 en arroz, ahora producimos solamente 25 o 30% de arroz que come la población. El terremoto fue una ocasión para multinacionales como Monsanto de penetrar al país, de entrar para dar el golpe final a la agricultura campesina.

Y nosotros, a nivel de las organizaciones campesinas, estamos desarrollando métodos, técnicas donde demostramos que podemos producir--si hay una voluntad política, si hay un plan para desarrollar la agricultura campesina--podemos no solamente alimentar a la población haitiana, podemos vender productos afuera. Y hoy, a pesar de esta situación de hambre en el país, tenemos bastantes semillas criollas, semillas indígenas que podemos utilizar para producir los alimentos que necesitamos. Los campesinos empobrecidos no pueden guardar las semillas, pero hay organizaciones, hay familias que tienen siglos de semillas que podemos comprar.

Las organizaciones campesinas, después del terremoto, hemos distribuido más de 500 toneladas de semillas que cuestan mucho menos que 500 mil dólares y el regalo de Monsanto cuesta 4 millones. Eso no tiene sentido. No es un regalo, es una manera de entrar para acabar con la agricultura campesina en el país. Y por eso, estamos luchando, por eso estamos buscando la solidaridad internacional para seguir luchando en contra de Monsanto y en contra de todas las multinacionales agrotóxicas que están matando a la agricultura campesina en el mundo, que están destruyendo el medio ambiente y provocando el cambio climático.
Campesinos haitianos forman barricada contra Monsanto

Peter Costantini para IPS

Pequeños agricultores de Haití temen que gigantes trasnacionales como Monsanto procuren ganar más terreno en la economía local bajo el disfraz de la ayuda a la reconstrucción tras el terremoto.

"Las semillas representan una suerte de derecho a la vida", dijo a IPS el líder campesino Chavannes Jean-Baptiste. "Es por eso que hoy tenemos un problema con Monsanto y con todas las multinacionales que venden semillas. El agua y las semillas son patrimonio común de la humanidad".

El 4 de este mes, en la plaza central de Hinche, localidad agrícola en la región de Plateau Central, una multitud de campesinos vestidos de camisetas rojas y sombreros de paja quemaron una cantidad simbólica de maíz híbrido donado a Haití por esa firma estadounidense proveedora de insumos y tecnología para la agricultura.

Llamaron a todos los granjeros del país a quemar cualquier semilla de la empresa y exigieron al gobierno que rechazara nuevos embarques.

Las acciones en Hinche fueron encabezadas por Mouvman Peyizan Papay (MPP), movimiento regional campesino con 50.000 miembros, y la coalición nacional con unos 200.000 integrantes a la que pertenece. A pesar de las divisiones entre las organizaciones agricultoras haitianas, varios de los grupos más importantes se unieron para participar.

Jean-Baptiste lidera el MPP desde 1973 y tiene un rol destacado en el movimiento campesino internacional.

"Nuestra primera meta es defender la pequeña agricultura", añadió, "una agricultura orgánica que respete el ambiente y luche contra su degradación. Defendemos las semillas nativas y los derechos de los campesinos a su tierra".

El movimiento campesino internacional defiende la "soberanía alimentaria", subrayó Jean-Baptiste, el derecho de cada país a definir su política agrícola, de las comunidades a decidir qué producen y de los consumidores a saber si lo que reciben es saludable.

"Además trabajamos con grupos indígenas, y con ellos creemos que, así como los pueblos tienen derechos, la Tierra también y los debemos respetar", indicó.

Las acciones contra Monsanto estuvieron asimismo dirigidas "contra las políticas del gobierno (haitiano) que no ayudan a los campesinos, y en cambio aceptan productos que envenenan el ambiente, matando la biodiversidad y destruyendo la familia y la pequeña agricultura", señaló.

Según Monsanto, 130 toneladas de maíz híbrido y semillas vegetales de unas 475 prometidas ya han sido enviadas a Haití. La primera embarcación llegó en la primera semana de mayo.

Las 345 toneladas restantes serán enviadas en los próximos 12 meses.

La compañía subrayó en un comunicado de prensa que las semillas no eran genéticamente modificadas, como habían señalado reportes iniciales, pero reconocieron que algunas estaban recubiertas con fungicidas y pesticidas.

Monsanto consultó al Ministerio de Agricultura de Haití sobre cuáles semillas serían aceptables para los granjeros locales y más adecuadas para las condiciones del país, aseguró a IPS vía correo electrónico Darren Wallis, portavoz de la firma.

Además, el programa WINNER, de la gubernamental estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional y del Earth Institute, distribuirá semillas con insumos, como fertilizantes, y proveerá apoyo técnico, destacó Monsanto. Se trata de "un proyecto por 127 millones de dólares… que busca mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales de Haití".

Pero oradores en la manifestación del 4 de este mes cuestionaron el programa, acusando el presidente René Préval de "connivencia con el imperialismo" y de "vender el patrimonio nacional".

Aunque Jean-Baptiste fue un arquitecto clave en la elección de Préval para su primer periodo de gobierno en 1995, el líder campesino cuestiona ahora duramente al jefe de Estado: "Simplemente ha traicionado las ideas que defendía".

Para Jean-Baptiste, la donación de Monsanto es el avance de una batalla entre las organizaciones populares haitianas y las corporaciones transnacionales europeas y estadounidenses que, sostuvo, dominan a Puerto Príncipe y controlan los esfuerzos de reconstrucción.

"El gobierno está vendiendo al país o regalándolo. No sólo Monsanto intenta entrar. También hablan de que Coca Cola quiere venir a plantar mangos. El pueblo haitiano lucha para asegurarse que toda generosa ayuda internacional sea canalizada a genuinos programas de desarrollo sostenible".

La desconfianza hacia las intenciones de las corporaciones trasnacionales y hacia el gobierno de Estados Unidos es fuerte entre muchos haitianos y se basa en una larga historia.

La plaza en Hinche donde se celebraron las manifestaciones lleva el nombre de Charlemagne Péralte, líder un levantamiento campesino contra la ocupación de Haití por los infantes de marina (marines) de Estados Unidos entre 1915 y 1934.

La historia de los daños causados a los agricultores haitianos por la ayuda extranjera es también larga y dolorosa.

En los años 80, los cerdos criollos fueron prácticamente erradicados en Haití bajo la fuerte presión del presidente Ronald Reagan (1981-1989). Los animales eran otrora conocidos como "las cuentas bancarias del campesino haitiano", y su crianza era parte importante de la economía.

Una epidemia de gripe porcina africana que comenzó en la vecina República Dominicana fue matando a los cerdos, y las autoridades estadounidenses temían que se propagara a América del Norte.

La variedad de cerdos enviados de Estados Unidos como reemplazo era mucho menos resistente y requería de insumos e instalaciones más caras. Prácticamente ninguno de los animales sobrevivió. Muchas familias haitianas nunca fueron compensadas y su sustento se vio duramente comprometido. En algunos casos, sus hijos debieron abandonar la escuela, según la organización estadounidense Grassroots International.

El grupo ha estado trabajando con organizaciones campesinas haitianas desde 1997 para repoblar el país con cerdos criollos.

http://aler.org/produccioninformativa/index.php/csv/2493-haiti-donacion-de-semillas-de-monsanto-amenaza-con-soberania-alimenticia

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