Samuel
Doria Medina, el Capriles boliviano
por Patricio Montesinos
Sábado, 29 de
Junio de 2013 16:34
Pareciera que los
“opositores” boliviano, Samuel Doria Medina, y venezolano, Henrique Capriles,
los hubieran criado juntos, pero no bajo las doctrinas de Dios, sino del Diablo
que es hoy el régimen de Estados Unidos,...
... por sus conductas
afines, mentir, difamar y robar, y el apego de ambos a Washington para obtener
dividendos, hasta llegar a la sumisión.
Doria Medina, líder del
partido tradicional conservador Unidad Nacional (UN) y exministro de
Planificación del gobierno neoliberal de Jaime Paz Zamora, vendió entonces esta
nación andina a la administración de turno norteamericana, como lo
ha soñado hacer Capriles en Venezuela en estos tiempos, sin lograrlo por no
conseguir llegar al poder.
Tanto uno como el otro
poseen grandes sumas de dinero, extraídas de las arcas de Bolivia, el primero,
y de la gobernación de Miranda, en Venezuela, el segundo. Además, reciben
importantes respaldos financieros procedentes de Washington con el objetivo de
desestabilizar a sus respectivos países.
Los referidos “adversarios” de los presidentes boliviano, Evo Morales,
y venezolano, Nicolás Maduro, entran y salen de las embajadas
norteamericanas en La Paz y Caracas como si esas sedes diplomáticas fueran sus
respectivas casas, por supuesto, que a recibir instrucciones de sus patrones, y
los pagos por sembrar la subversión.
También viajan con
frecuencia a Estados Unidos invitados por conocidas organizaciones vinculadas
al régimen del actual inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, o
por grupos mafiosos con estrechos lazos con fanáticos violentos asentados en la
ciudad terrorista de Miami.
Doria Medina y Capriles no
tienen límites para agredir a Morales y Maduro, y tratar de frustrar los
procesos revolucionarios de cambio que esos mandatarios emprenden en beneficio
de sus pueblos, y de Latinoamérica, especialmente de los ciudadanos más pobres
y con escasos recursos.
Al unísono, los dos
“opositores” fabricados y promovidos por Washington alientan la violencia, el
desorden y eventuales conflictos locales con viejos y fracasados planes
dirigidos a perturbar las naciones que la Casa Blanca considera enemigas, por
sus gobiernos desobedecer los preceptos imperiales.
En las últimas semanas, el
jefe del partido UN protagoniza un malogrado culebrón encaminado a desacreditar
el Programa Bolivia Cambia-EvoCumple, puesto en marcha para desarrollar este
Estado sudamericano en diferentes esferas económicas y sociales.
La jugada sucia
escenificada por Doria Medina fue contraatacada por el ejecutivo boliviano en
boca del Ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien con denuncias
concretas lo desacreditó, y calificó de vende patria, al tiempo de expresarle
que debe una explicación a sus compatriotas acerca de cómo se ha hecho de su
abultada fortuna personal.
Hasta el momento, el
“opositor” de UN ha eludido hablar de su patrimonio, como en Venezuela hace
Capriles, que, por cierto, no acaba de reconocer su derrota ante Maduro en las
más recientes elecciones, y en complot con organizaciones terroristas y sus
amos de Washington, planean hasta un posible golpe de Estado.
Ni siquiera por la fuerza,
ni con el respaldo castrense de la Casa Blanca, ambos personajes amamantados
por el Diablo USA podrían llegar al poder. Por la vía de las urnas
sus “patrocinadores” saben muy bien que son simplemente cadáveres políticos.
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